Mientras al paso del tiempo los últimos funcionarios de primer nivel comenzaron a alzarse sueldos al doble, las acciones fueron disminuyendo al triple.
Aseguraban que no había dinero para obras, aumentos a la clase inferior, aguinaldos, parque vehicular o demás necesidades básicas en el ayuntamiento, cuando los administradores eran los primeros en lucir cheques con muchos ceros a la derecha.
Por solo citar algunos ejemplos, los caminos se fueron deteriorando; las calles partiendo; el relleno sanitario saturando; el parque vehicular descomponiendo; el palacio municipal cuarteando; las obras públicas fueron disminuyendo; la inseguridad cobijó al municipio y el Cabildo se fue revelando contra sus propios gobernados hasta convertirse en enemigo del bien común.
Entonces empezaron a surgir grupos de voluntarios que aligeraron la carga de trabajo que debe corresponder a la autoridad.
Cómo no acordarnos de esas personas de El Tepozán y Mezquites, quienes bachearon por su cuenta el camino a sus comunidades; luego siguieron el ejemplo habitantes de Estación Montaña, Derramaderos, San Pedro de los Hernández, entre otros, y el gobierno mantenía silencio, a excepto de la vez que pasó junto a algunos y les invitó los refrescos.
Asimismo, vecinos en esta cabecera taparon hoyos frente a sus hogares, las calles fueron cubiertas con material que pagaron con sus propios recursos, y ahora ha llamado la atención que un grupo de muchachos, que incluye a parientes de quienes forman parte de la administración, han comenzado labores de limpieza en los principales cuadros de la ciudad.
Así las cosas, ¿A dónde vamos a parar?, ¿Será que luego surgirán policías voluntarios, socorristas, asesores, gestores, contadores, o un amplió etcétera de personas que harán lo que en esencia corresponde a los integrantes del gobierno municipal?
De ser así, ¿Será justo que los integrantes del ayuntamiento reciban un alto sueldo por la función que les corresponde?
Nos leemos el domingo…
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