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CERRILES 1190

Al tiempo en que se celebraron marchas repudiando la Violencia contra las Mujeres en México entero, en Cerritos indigna que anden libres sospechosos de haber sido partícipes en crímenes que parece, siguen sin resolverse.

A través de redes sociales pueden apreciarse comentarios de personas que están en contra de la liberación de un presunto feminicida. Según familiares de la víctima, los asuntos habrían estado envueltos por las tradicionales corruptelas donde participan autoridades, actos que han llevado a que las personas ya ni siquiera sientan confianza o ganas de presentar denuncias ante el Ministerio Público.

Para los ofendidos, los hechos significan solo pérdida de tiempo y generan una actitud que a la vez aleja de la justicia a las familias que cargarán de por vida con ofensas y daños irreparables.

El sistema penal, o de justicia se encuentra en su máxima decadencia. La sociedad está a un mínimo de comenzar la venganza propia, tal como alguna vez en la historia llegó a aplicarse el «Ojo por ojo, diente por diente», todo ante la falta de un verdadero sistema que garantice castigo para los maleantes.

Cerritos ya no lucha por tener buenos gobiernos como alguna vez lo hizo, pero jamás se ha preocupado por meter «en cintura» a los actuales encargados de la distribución de lo justo. Casi nunca se ha visto que la gente se aglutine en las afueras del juzgado o del Ministerio Público, exigiendo una resolución efectiva antes de conocerse el veredicto contra un presunto malvado. Por el contrario, apenas van a la cárcel quienes son sorprendidos con las manos en la masa, y tarda más el afectado en recuperar las cosas que le trataron de robar, que el supuesto ladrón en lograr su libertad.

«Ahora resulta que siempre no». Que la investigación llevada a cabo por elementos ministeriales a cargo de Sergio de la Torre Ramírez, que estuvo reforzada con declaración de los testigos y pruebas halladas en la escena del crimen, no tuvo la fuerza suficiente para dejar detrás de las rejas a un sospechoso.

Se libró una orden de aprehensión. Las máximas autoridades estatales aplaudieron la captura y felicitaron a los agentes, y a casi un año de los hechos, todo resultó en una gran simulación, donde se gastó tiempo, dinero y esfuerzo, y lo que es peor, una familia junto con la sociedad fueron testigos de un proceso deficiente que no garantiza justicia para niños que quedaron en la orfandad.

Así las cosas, los representantes de un respetable recinto judicial se molestaron ante el reportero «Beto Guerrero» por la difusión de saldos contenidos en el propio tabulador de sueldos que está en páginas oficiales de Gobierno del Estado (precisamente para que el público tenga acceso a tales datos).

El reclamo fue porque al conocerse los sueldos base, los funcionarios «podrían ser víctimas de malhechores»….
(Como sino fueran tales autoridades las que tienen en sus manos la soltura de ladrones, homicidas y secuestradores).

Nos leemos el viernes.

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