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Cerriles 1246

El liderazgo del PRI y del Verde de nueva cuenta se torna débil. Gente que apoyó a tales partidos en la pasada campaña ahora se mira ilusionada con propuestas del PT, MORENA, PES, PRD, PANAL y CP, lo que vuelve a dar ventaja al panismo que volvió a asegurar el voto duro.

Además la coalición PRI-PVEM se mira infestada de las mismas caras que han saboreado las derrotas anteriores, es decir ya están acostumbrados a perder.

Aunado a ello, se agrega la sazón de personajes envueltos en serios actos de corruptelas conocidos a nivel nacional que acompañan a la candidata María Leticia Vázquez Hernández (aferrada a ser presidenta al estilo «Quintero») y para colmo el partido vive uno de sus peores momentos.

Algo es claro. En anteriores contiendas tuvieron todo para ganar y no quisieron. Ahora el grado de dificultades para recuperar la presidencia es mayor.

Podríamos decir que el Verde justificaría que en efecto defenderá el interés municipal, pero el trabajo del Contralor Interno David Alejandro Macías (de alma panista) ha indicado lo contrario.

Por su parte, Jorge Luis Quintero Luévano, represente del tricolor en el Cabildo también ha consentido las decisiones del gobierno actual.

Sobre este horizonte, y tomando en cuenta la pasada pugna entrambos, ¿qué van a decirle a la gente en los actos de campaña tanto el PRI como el Verde?

Nos guste o no, Alma Migdalia Martínez va por buen camino.

Recuerden, Sauceda ganó gracias a que la oposición estuvo dividida y aunque es mayor el número que los detesta, las condiciones divisorias no son lo más viable para cortar el reinado panista.

Fueron varios detalles los que habrían originado la fragmentación. La primera habría sido la incapacidad de gestión de las dirigencias de grupos mayoritarios, así como el compromiso con la ciudadanía. Entonces lo importante siempre fue asegurar posiciones para lograr cargos de elección popular, contrario a reforzar a un gran equipo en la búsqueda del triunfo.

Otra causa, es la ambición al creerse ganados y autosuficientes, menospreciando todo consejo de sabios y alejándose del partido al que pertenecían, «llevándose a su gente».

He aquí el resultado. El PAN siguió aprovechando las diferencias internas.

Este 2018 hay más partidos políticos y alianzas que calidad en obras. Los líderes ni sus «miles de seguidores» han demostrado que les interesa defender el interés municipal, porque nadie ha tenido cara para plantarse frente a presidencia e impedir la entrada de quienes están envueltos en serios ilícitos de la administración saucedista. Caso contrario, parece que al mas mal portado le corresponde mayor beneficio.

Si es que el municipio quiere conocer a fondo quiénes habrán de gobernarlo durante la próxima administración, la ciudadanía al menos debe alzar la voz y exigir desde ahora a todos los actores políticos los nombres de aquellos que ocuparán los cargos del primer nivel en caso de alcanzar el triunfo.

Las propuestas son cada vez menos viables de realizar, porque salen únicamente de la boca de los que todo prometen, pero no hay un proyecto viable para saber como habrán de hacer realidad los compromisos.

Salvador Martínez fue quien derrotó al panismo en la elección del año 2006, gracias a los 4 mil 148 votos que estuvieron encima del PAN (3,138) y PRD-PT (1,318). Se diga lo que se diga, desde que el PAN recuperó el poder no ha surgido un movimiento que pueda volver a lograrlo y en vez de retirar a quienes tuvieron la culpa de tales derrotas vergonzosas del tricolor, se les sigue permitiendo gozar de ciertos manjares políticos.

Pero aunque se llegara a conseguir un triunfo, digamos del Verde (quien pudiera tener posibilidad de alcanzar el objetivo), el reinado de Leticia Vázquez parece tener de similitud aquél reinado continuo que se consiguió entre Aurelia-Lencho y Dulce-Arturo… es decir Lety-Raúl.

Nos leemos la próxima.

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