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Vientos de cambio

Con el registro de Javier Izaguirre Ruiz, como precandidato de una eventual coalición de izquierda formada por PT, Convergencia y PRD, se aclaran las dudas sobre el  aspirante mejor posicionado de la actual administración municipal para suceder a Erasmo Galván Nieto en la Alcaldía cerritense.

Aunque no existe  aún una manifestación pública y clara de apoyo al Coordinador de Desarrollo Social Municipal con licencia por parte del Edil,  su propio mutismo orilla a deducir que quien calla, otorga. Aunque es de esperarse que los que quedaron en el camino tomen esa actitud como no definitoria y continúen o incluso incrementen la intensidad de su campaña de cañería.

Por ahora todo indica que ninguna argucia podrá ya bajar de la contienda al ex  Coordinador de Desarrollo Social y eso le otorga grandes expectativas de triunfo en la inminente justa electoral.

Por el campamento panista dos pesos completos se suben al ring: El Notario Público Arturo Narváez Banda, personaje amable, atento, culto, preparado y miembro de una distinguida familia, aunque con poco arraigo entre los estratos populares de su partido, pues su fuerza reside más bien entre las elites panistas, social y económicamente hablando.

Otro de los  contendientes es el ingeniero Gregorio Carbajal Sánchez, jubilado del gobierno federal y distinguido militante del albiazul, el cual cuenta con el respaldo de grupos populares de su partido  que se han distinguido por ser los más combativos y radicales. Ambos contendientes, independientemente de los apoyos que reciban y de los métodos de selección interna que determine su partido, serían candidatos fuertes en la contienda constitucional y en el hipotético caso de ganar la silla, harían un papel aceptable como alcaldes.

Tal vez el único prietito en el arroz en el caso del popular Goyo sea su planilla electoral, en la que cuenta con una aspirante a síndico que no cuenta con el perfil profesional para el cargo, esto es importante, ya que de por si los últimos ayuntamientos han sufrido un calvario con los laudos laborales perdidos a causa de los kínderes jurídicos que los han “defendido”, como para volver de nuevo al error de tener gente “impreparada” en esa área sustantiva. Por el bien del  pueblo, habría que considerar que dentro de las filas azules militan connotados abogados que harían un buen papel en el cargo.

Por su parte en el PRI hay una lucha sórdida entre el profesor Jorge Quintero Luévano, el prospecto de los nuevos dueños del partido, y la candidata de las bases, la licenciada Leticia Vázquez Sánchez, quien realiza un intenso trabajo partidista que cada vez le atrae más simpatizantes. Ambos aspirantes garantizan un triunfo a su partido. Por lo pronto, los tricolores esperan que no se imponga una decisión centralista para designar candidato o se caerían todas las expectativas de victoria por la consecuente división que esto generaría. Aquí el proceso interno debe ser transparente  y democrático para mantener la esperanza de ganar las constitucionales.

En sentido opuesto, las precandidaturas a las diputaciones, ya sean estatales o federales se ven más difíciles para los diversos aspirantes, sean del partido que sean, debido a  la desgastada imagen que proyectan estos políticos en el ánimo de la ciudadanía, dado la insaciable sed de dinero que han demostrado nuestros actuales diputados, lo que redundará en un justificado rechazo a sus propuestas y a sus personas si no definen una estrategia electoral que revierta este deterioro político.

Es evidente el hartazgo  de la ciudadanía ante la voracidad de nuestros diputados, que en su mayoría sólo visitan las comunidades cuando buscan el voto para que, una vez obtenida la curul, se olviden de sus votantes para dedicarse al cómodo  trabajo de levantar el dedo y cobrar las dietas. Hagan sus apuestas señores.

 

CINCELAZO.- Muchos corren tras la liebre y otros sin correr la alcanzan.

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