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Del maltrato a pacientes en el IMSS

Francisco V.- Una queja que regularmente recibe este medio de información es el trato déspota que se les proporciona a los pacientes en urgencias del IMSS Oportunidades.
El sábado 19 mayo, quien aquí escribe acudió a urgencias del IMSS Oportunidades, ya que mi esposa se cortó un dedo y tenía sangrado abundante.
Cuando llegamos, en la sala de espera había unas cuatro personas. Procedí a tocar la puerta. Atendió al llamado una Doctora que con cara de fastidio y casi gritándome me preguntó “qué deseaba”.
Yo le cuestioné que si así recibían a todos los pacientes y todavía casi a gritos me contestó que ella así hablaba.
Cuando me identifiqué, trató de suavizar la voz, pero con la misma cara de fastidio me contestó que mi señora ya había ido a consulta un día antes, cosa totalmente falsa ya que en ese momento apenas se había causado la cortadura.
Preguntó si queríamos que nos atendiera, pero decidimos que con ese trato déspota no era conveniente la atención y procedimos a retirarnos. Antes quise poner en conocimiento de las autoridades de la clínica la forma en que atienden a los pacientes que acuden al servicio de urgencias.
Eran alrededor de las 7:30 de la tarde y entré a todos los cubículos de la clínica.
No encontré a nadie para hacerle saber mi queja. Entonces recurrí con el guardia quien me indicó que las únicas personas que me podían atender no se encontraban en ese momento. Me dijo que acudiera ante Gladys Espinoza, jefa de enfermeras, pero posteriormente manifestó que podía dirigirme con la doctora Juana Erika Galván Constantini, Directora del hospital.
Fui a su domicilio en la calle Carranza número nueve y desafortunadamente no la localice.
La situación con la que me encontré en el servicio de urgencias y ante las quejas reiteradas hacia este medio de información, me hacen suponer que el trato es igual para todas las personas. Desafortunadamente a esa clínica acude gente muy humilde, incapaz de levantar su voz, que no encuentran los medios para quejarse por el trato déspota que reciben.
Lo que aquí escribo espero que la doctora Erika Galván Constantini lo tome como una denuncia pública y castigue ejemplarmente a la doctora que nos trató en forma prepotente y déspota.
Pero además, buscaré personalmente a la Directora del hospital para hacerle saber mi queja.
Además quiero indicarle a la Doctora que nos recibió con cara de fastidio, que es preferible que se marche a su casa. Allí nadie la molestará.
También los pacientes pueden acudir a esa clínica las veces que sientan algún malestar, pues como médicos tienen la obligación de atenderlos y no rechazarlos porque ya fueron un día antes.

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