Más que partidos políticos, sobre las calles cerritenses se observan grupos de individuos que por haber tenido diferencias con ciertos institutos, marchan en apoyo a su candidato favorito.
Con ello se pone de manifiesto lo dicho por Aristóteles en su tratado de política, que el hombre es por naturaleza un “Zóon politikon”, es decir un «animal social» o más específicamente «animal político». En estas expresiones se hace referencia al ser humano, “el cual a diferencia de los animales posee la capacidad natural de relacionarse políticamente, o sea crear sociedades y organizar la vida en ciudades, (extracto de Wikipedia), es decir que participar en grupo y sentirse parte de algo es un segmento de la esencia del ser.
El fenómeno observado con Galván Nieto, por vez primera en la historia de nuestro municipio, aglomeró el nacimiento de un grupo circunstancial necesario, ante la divergencia de la opinión de unos cuantos que ya habían demostrado sus modos de gobierno.
Tuvieron que pasar otros tres años al frente del priísmo, para que el conjunto nuevo tomara fuerza, y Cerritos, cansado ya del peligro de utilizar el poder exclusivamente para el provecho de los mismos, tomó otra opción que no fue muy bien aprovechada, porque este grupo ganador tal vez ni siquiera tenía previsto el triunfo, y al carecer de experiencia, no supo gestionar lo necesario para despegar hacia nuevos horizontes.
Nuevamente se observa cierto fenómeno ciudadano dentro de las esferas que intentan conseguir la presidencia municipal, no sólo en Cerritos, sino en Villa Juárez y Guadalcázar.
Es decir, que la estructura principal de algunos partidos políticos ha entrado en crisis, imperando así los grupos de ciudadanos que avanzan hacia el mismo objetivo.
Cerritos está a menos de un mes de otorgar poder a uno de estos grupos, porque el ganador no gobernará solo, y para evitar el despotismo, nosotros como ciudadanos debemos tener preparado un plan no únicamente para llevar a la silla al de nuestra preferencia, sino para retirarlo de la misma si su trabajo no es efectivo.
Obra en la historia del municipio un juicio político contra un gobernante, pero ello no trajo consigo otra cosa que un voto poco razonado, de castigo contra el PRI, que facturó estos años de gobierno dónde permanecen lesionados los intereses del ayuntamiento y el avance fue raquítico.
Cerritos debe analizar qué o quienes se esconden detrás de las figuras de los candidatos.
Será durante los primeros meses de conocerse el resultado de julio, cuando se comiencen a repartir los cargos, para que la opinión pública determine si existe equilibrio y repartición justa en esos puestos, es decir personal capacitado para cada uno, porque sólo así se puede anunciar a una organización el firme avance en el sendero de la libertad y democracia, pero si se observan las mismas caras de siempre, los resultados no pueden esperarse distintos.
El futuro gobierno, no debe utilizar únicamente a los grupos de simpatizantes en las marchas y caravanas. Debe velar porque el grupo de ciudadanos en general participe en los asuntos públicos y no se traten a puerta cerrada en el cabildo, pero también tiene que evitar los abusos del grupo ganador sobre los intereses colectivos, porque mucho se ha visto que a ciertas gentes, “nada les hacen” por ser “gatos de angora” del presidente municipal y así muchos, incluso en contubernio han cometido rapiñas contra el erario, sin pisar jamás la cárcel.
La ciudadanía está por emitir su voto, con lo que permitirá que un grupo de gente administre al municipio, pero como ciudadanos debemos encontrar el modo de garantizar —para nuestro beneficio— que sus promesas se cumplan. No debemos esperar 3 años para saber la efectividad del grupo triunfador. Allí es dónde el grupo de ciudadanos de toda corriente debe hacerse presente como en los mítines para recordar “el mejor proyecto”.
Nos leemos luego.
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