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La Miel De La Vida

Por Luis García, Corresponsal viajero
El mensaje decía: Acá todos estamos bien papá, cuídese.
Después de leerlo, Don José Luis, el de Cerritos, cerró sus cansados ojos y entró en un sueño muy profundo, casi cataléptico.
El noble viejo, vivía solo; “Así me siento bien”, les decía a sus mejores amigos.
“Al final del camino le encuentras el encanto a la soledad, escuchas al viento y ves en la quietud y el silencio, un paraíso natural que sólo disfrutamos los viejos.
Cada día que pasa, te sientes más liviano y te crecen más las alas para llegar al sol”. Esa era su filosofía.
Cuando lo movieron, el viejo ya no despertó. Había llegado al paraíso.
Su cuerpo exánime y rígido sostenía en su mano un papel que decía: El viento es la miel de la vida, disfrútenlo hasta saciarse, lo demás son sólo ilusiones.

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