A pocos sorprende que el ex alcalde Erasmo Galván Nieto, sea llamado a Contraloría, para explicar sobre las observaciones hechas por los panistas.
Por el contrario. Sorprendería que este personaje hubiera salido “limpio”.
Ahora, a muchos les causa gracia volverlo a ver en bicicleta, vehículo que catalogan como “el despiste” luego de que por casi 3 años obtuvo un sueldo de 40 mil pesos al mes.
Difícilmente se podrá conocer si son verdad las denuncias ciudadanas hechas contra el cuerpo policiaco de la localidad: “Se la pasan paseando sin hacer nada mientras que los robos no dejan de suceder”, porque de no ser así, de las acciones logradas por el Capitán de ese cuerpo de seguridad, Miguel Galván Sánchez, “ya nada se sabe”, o al menos, han dejado de informarlo a la prensa.
Y es que con esta actitud, –al parecer ordenada no sólo por el Director de la Municipal, sino respaldada también por el Secretario General del H. Ayuntamiento– el panorama es favorable no sólo para lograr “acuerdos a puerta cerrada” con allegados a los detenidos, sino perfecta para que Cerritos deje de conocer quienes son aquellos que delinquen en perjuicio de la sociedad.
Ante la falta de recursos económicos de instituciones públicas y privadas, es común que éstas lleven a cabo rifas para hacerse de efectivo.
Motos, celulares, dinero y hasta comida, son algunos de los premios.
Generalmente, a la ciudadanía “no le duele” gastar en boletos de 10 pesos, aunque luego, la costumbre de las rifas parece que en algunos lugares “llegó para quedarse”.
De nueva cuenta, el Colegio Motolinía, vuelve a convertirse en un diluvio de señalamientos.
Esto a raíz de un niño de preescolar que dejó en evidencia que cualquier alumnito puede salir de la escuela, pasando desapercibido por el personal.
Aunque este caso es de menor gravedad que el último, donde se acusó de que un niño fue obligado a beber una “rara” sustancia por temor al castigo, lo ocurrido a últimas fechas es otra llamada de atención para padres de familia y personal.
Nos leemos luego…
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