Mató al padrastro de la niña de 13 años que ya antes le habían arrebatado y se la volvió a robar

• Entre primos de “El Jaujal” sucedió la desgracia

Redacción.- Tragedia de “película” sucedió en “El Jaujal”, comunidad de Guadalcázar.
Los hechos ocurrieron cerca de las 19:20 horas del domingo 29 de septiembre porque un sujeto mató a balazos al padrastro de una niña de 13 años a la que ya antes le habían arrebatado.
Juan Manuel Guardiola Vega –de 31 años– vecino del lugar en mención ya se había robado a la niña, pero el padrastro y la madre de la pequeña se la habían “quitado” porque no consintieron la unión.
A sus 26 años, la noche del domingo Jesús Alfonso Velázquez Vega andaba “echando alcohol” en una camioneta verde Ford F 150, cabina y media cuando se encontró con el sujeto que se llevó a su hijastra.
Comenzaron a discutir y se dieron de golpes, en eso su rival sacó un revólver y de una descarga lo mató. Al asesino se le vio conducir una camioneta parecida a la del difunto en la que fue por su “infantil pareja” y al parecer la chiquilla quiso irse con él.
A breves instantes de los disparos, el lesionado alcanzó a subirse a la camioneta donde murió. El vehículo estaba a unos 5 metros de donde sucedió la lesión mortal.
Como de este asunto se dio aviso hasta las 21:00 horas en la comandancia de Guadalcázar, policías ministeriales acompañados del Ministerio Público se trasladaron al sitio que está a casi 4 horas de la cabecera municipal, tiempo suficiente para que el homicida pudiera huir con la niña.
Hasta inicios de la presente semana, se buscaba dar con el paradero del criminal y la menor. Las primeras investigaciones abarcaron toda la madrugada del lunes sin resultados satisfactorios.
Vecinos trataron de ayudar a la víctima pero ya no se pudo hacer nada por salvar su vida.
A simple vista el cuerpo del occiso presentaba un orificio de bala a la altura del pecho y al llegar las autoridades el cadáver ya estaba rígido.
La tragedia llenó de lágrimas a la comunidad puesto que los protagonistas del altercado eran primos.
Cuando testigos vieron pelear a los hombres, se avisó a la abuela, ésta ya iba en camino para detener el pleito cuando en el trayecto escuchó los disparos.