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Se acerca la Ferema*

Alexandro Roque
Fue en 1981 cuando se realizó la primer Feria Regional del Maíz (Ferema o Feremaiz), coincidiendo con las fiestas patronales en honor de Santa Gertrudis, que anualmente se celebran el 16 de noviembre. Esta primer celebración aportó elementos importantes en la tradición festiva de la Villa, como los concursos de la mazorca, de la calabaza y de los carros alegóricos, la exposición ganadera, y la elección de la reina de la feria, todos ellos con el objeto de dar realce a la principal actividad económica del municipio: el cultivo del maíz.
Durante los siguientes 17 años hubo buenos y malos momentos, por lo que en algunas ediciones de la feria no se contó con alguno de estos elementos, con excepción de la elección y coronación de la reina de la feria, que se han dado sin interrupción.
La Ferema o Feremaiz es uno de los pocos acontecimientos que tienen la virtud de atraer a los paisanos y a algunos fuereños. Se cierran las calles aledañas a la plaza y se instalan juegos, puestos de diversos artículos y se realizan las tradicionales entradas de cera: peregrinaciones con carros alegóricos adornados con maíz y sotol, con niñas vestidas de la Virgen o de Santa Gertrudis, mientras los cohetones anuncian la fiesta, al son de los rezos y de las canciones típicas de la región, las valonas, un equivalente de la zona Media potosina y de la Sierra Gorda queretana a los huapangos huastecos. Las valonas, historias, burlas y elogios cantados, que casi siempre se tocan entre dos grupos musicales, lo que se denomina “topada”, y que se duran bailando toda la noche. Hay fiestas en las que colocan entre la tierra no tan delgados tablones, y se considera que baila mejor la pareja que raja la tabla a punta de taconazos.
Son famosos los carros en los que los hombres de campo demuestran su habilidad en desgranar mazorcas, o las exposiciones de las mazorcas y las calabazas más grandes, y los bailes en el salón La Burrada a los que acude todo el pueblo. Las camionetas gringas llenan el pueblo y en los centros de reunión se unen el español y el inglés con naturalidad.
La Villa vuelve a vivir a plenitud en esos días.

*Fragmento de la monografía Villa Juárez, la bella villa.

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