BETO GUERRERO.- El incidente ocurrido la noche del jueves en Cerritos ha puesto de manifiesto una problemática recurrente en materia de cultura vial y respeto por la infraestructura urbana. Un vehículo, al parecer, una camioneta impactó contra señalética ubicada estratégicamente en la esquina donde se encuentra la sucursal del BBVA, en el área designada como estacionamiento para taxis, derribando el anuncio que regulaba dicho espacio.
Lo que llama la atención en este caso, es la reacción ciudadana posterior. Transeúntes que presenciaron las consecuencias del incidente optaron por no reportar formalmente el hecho ni restablecer la posición del anuncio, según eso, para evitar que se les atribuyera responsabilidad alguna por los daños. Sin embargo, estos mismos testigos sí consideraron apropiado compartir la información a través de plataformas digitales, generando comentarios en redes sociales sobre lo acontecido.
Al día siguiente del incidente, el anuncio había sido colocado a un costado de su ubicación original, en espera de que personal del departamento correspondiente acudiera a reinstalarlo adecuadamente. Esta solución temporal, aunque bienintencionada, resulta insuficiente para garantizar su función regulatoria, pues la visibilidad y posicionamiento son factores críticos para la efectividad de cualquier señalamiento vial.
La dirección de Tránsito Municipal ha manifestado en repetidas ocasiones que la desobediencia a las indicaciones contenidas en los señalamientos es una constante en el municipio, situación que se agrava cuando los propios elementos físicos que contienen estas indicaciones son dañados o eliminados. El patrón habitual de conducta irregular consistía en ignorar las órdenes expresadas en los anuncios; ahora se observa un nivel adicional de desacato que afecta directamente la integridad física de la señalización.
Los comentarios están cerrados.