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No hay confianza en Policía Ministerial

  • Ciudadanos denunciaron comportamiento excesivo de elementos

Por REDACCIÓN.- Elementos de la la Policía Ministerial adscritos al municipio de Cerritos, enfrentan severa crisis de credibilidad y desconfianza debido a últimos acontecimientos que ya son del conocimiento de la Fiscalía General del Estado (FGE).

Ciudadanos que hablaron con la prensa, también pusieron en conocimiento de autoridades municipales actos inquietantes, donde cada denuncia es una oportunidad para afectar el patrimonio de las víctimas, siendo que los policías habrían de actuar a favor.

El rechazo ciudadano hacia la corporación ha crecido.

El último caso sucedió la madrugada del domingo tres de marzo, en un bar localizado en donde principia la calle 5 de febrero, en el barrio de San Francisco, el cual lleva la razón social “Otro Nivel”.

Asistentes narraron la odisea que vivieron tras de que al lugar llegaron elementos de la Policía Ministerial de esta localidad en evidente estado de ebriedad.

Sin orden de cateo y con lenguaje intimidatorio exigieron a los presentes, la mayoría jóvenes, que se tiraran al piso. Algunos no obedecieron la indicación.

Bajo las órdenes de Román Tejeda, se implementó un retén en la i Griega de Villa Juárez, precisamente cuando culminaban las fiestas patronales de Santa Gertrudis. El operativo no tuvo otra finalidad más que extorsionar a conductores que contaran con olor a alcohol…

Quienes no atendieron la orden, se quedaron sentados en las sillas pero hasta allí fueron los agentes judiciales a amenazarlos portando armas.

Testigos indicaron que entre la concurrencia estaba un hombre que labora para una corporación policiaca estatal, quien reclamó el proceder a los agentes ministeriales.

Se hicieron de palabras- Los demás asistentes se sumaron a la recriminación y entonces estuvieron a punto de linchar a los policías investigadores.

Los parroquianos atendieron la petición del dueño del negocio para que los policías no fueran agredidos.

Cuando se marcharon, algunos los persiguieron hasta darles alcance, pero gracias a la intervención de elementos de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, los ministeriales pudieron salir librados.

Aun así, en la esquina de Bravo con Juárez, se congregaron algunas 40 gentes que estaban dispuestas a todo. Algunos hallaron tranquilidad con recomendaciones de agentes municipales, de quienes no se conocen atropellos hasta ahora.

Afectados quieren que el jefe de la ministerial, a quien llaman «Ramoncito» –José Ramón Rivera Hernández–, tome en cuenta que la gente soporta demasiado el embate delincuencial, como para todavía estar aguantando la conducta policiaca.

Desde antes se conocían los excesos de tal elemento.

Bajo las órdenes de Román Tejeda, se implementó un retén en la i Griega de Villa Juárez, precisamente cuando culminaban las fiestas patronales de Santa Gertrudis.

El operativo no tuvo otra finalidad más que extorsionar a conductores que contaran con olor a alcohol.

Muchos automovilistas fueron detenidos para verificar que no manejaran con aliento alcohólico.

Muestra de la molestia causada, una mujer recriminó a los policías, “en el jaripeo y en la feria no venden leche”, les gritó.

Decenas de automovilistas fueron detenidos y hasta subidos a la patrulla, pero al siguiente día sólo tres fueron puestos a disposición de la Representación Social.

Desde entonces el rechazo ciudadano ha crecido, pero un caso extremo sucedió a mediados de octubre del año pasado, cuando a la corporación se le exigió aclarar el asesinato de Ramiro Hernández López, conocido como “El Ahijado”.

Aun existen las sospechas y comentarios de ciudadanos de aquella noche en que se implementaba un operativo, y el crimen que ocurrió sobre la vía pública quedó impune.

Y es que la autoridad, sin ningún protocolo ordenó el levantamiento del cadáver, lo que se aleja del procedimiento habitual, mientras todavía corre la versión de que a los muchachos de la motocicleta, los perseguía un automóvil de color blanco, “venían del lado del lienzo charro”, indica una persona del sector.

Otro de los excesos que fue denunciado contra elementos ministeriales, fue la incursión que hicieron en un velorio de la calle Manuel Acuña, frente a la cancha de La Estación.

Con «pistola en mano» exigieron a los asistentes que se tiraran al piso, mientras el jefe de la ministerial indicó estar dispuesto a todo, en caso que alguien se moviera.

De este modo, la corporación enfrenta una imagen desprestigiada y de rechazo ciudadano.

Vecinos de Cerritos esperan que los altos jefes de la corporación impongan medidas disciplinarias ejemplares, para que la corporación vuelva a tener credibilidad en la gente, y no los mire como otro bando enemigo o que está del lado de malhechores.

En relación a quienes protagonizaron el altercado en el interior de un bar, se conoce que fueron cambiados a otro lugar.

La policía ministerial ha tomado por costumbre llevar a cabo operativos constantes.

Dejemos como tema aparte preguntar al Ministerio Público cómo van las consignaciones de los detenidos.

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