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Mataron a jinete en despoblado

El cuerpo de Ramón Zapata fue abandonado junto al camino a Mezquites

MARCO SERNA.- Trágico final tuvo popular jinete. Ramón Zapata, el de la “triste mirada” fue hallado sin vida con impactos de bala en el cráneo.

Los últimos días de quien alguna vez formó parte del viacrucis viviente estuvieron rodeados de soledad y melancolía. En barrios y colonias de Cerritos caminaba sin rumbo, con la mirada extraviada entre el laberinto de calles y caminos para que nadie interrumpiera sus inexplicables monólogos y desconsuelos.

Pero fue la muerte quien lo paró en seco, porque de su muerte, “culpables no hay” y quienes lo conocían, no conciben cuentas que den como resultado un macabro final como el de este 29 de mayo.

Fue antes del mediodía cuando se reportó el hallazgo de un cuerpo junto al puente de la súper carretera que pasa encima del camino a Mezquites.

Entre terreno de cultivo estaban los restos, al principio irreconocibles porque no se tenía reporte de extraviados, y aunque en octubre de 2020, El Colorete –como se le conocía a “Ramón”– anduvo perdido, siempre daba con el camino a casa aunque se aventurara en ranchos o comunidades.

Este sábado pasaban las horas. El cuerpo no traía identificaciones para conocer dirección y familia. Se pensó que no sería de por aquí.

No fue por la cara que lo conocerían, sino por la ropa y tatuajes. Zapatos cafés, pantalón de mezclilla azul, una playera verde tipo “polo” con la leyenda México y dos impactos visibles en la nuca fueron los que sumados a distintos dibujos “con tinta china” en distintas partes del cuerpo, permitieron saber quién era el occiso.

Alguien dio aviso a su señora madre y demás amigos y familiares, y se pidió de su presencia en el Ministerio Público para llevar a cabo declaraciones y trámites correspondientes.

El amante del jaripeo medía como 1.70. Era moreno y delgado. La soledad, un puñado de monedas y un foco roto a la mitad le mostraron lealtad porque estuvieron junto con él hasta que lo levantaron a un costado de la súper carretera que de por sí ya es mortal.

El Colorete” fue recogido casi donde en el mes de enero hallaron una bolsa con lo que quedó de un tal Éder de Jesús Sánchez Medrano. Sí. “de un tal” porque el tiempo resta significado a nombres y escrutinios y se extiende de una forma cruel que parece encaminarnos al olvido o en un caso más extremo: hacia la nada.

De 31 años, el cuerpo de Ramón sería llevado a Rioverde antes de ser entregado a familiares que preparaban todo junto con amistades para despedirlo.

La gente dijo que lo que haya sucedido, debió de pasar luego de las 10:00 de la noche del viernes, pues hubo quien pasó por el lugar y no miró nada extraño.

Juan Ramón Zapata Pérez se paseaba frente a domicilios y nunca perdió su estilo “amable y saludador”. Quien diría que terminaría boca abajo y en despoblado.

“Colorete” también fue parte del staff de grupos musicales y sonidos. Fungía como cargador de equipo. Ahora somos muchos –o pocos–, los que lo cargarán a él. Tal vez por siempre. En la conciencia.

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