¡Vaya teatro que nos montan los panistas potosinos! Mientras la dirigencia nacional se toma su tiempo —quizás esperando revelación divina— la militancia local permanece en el limbo político. La Comisión Permanente del CEN parece haber confundido «permanente» con «eternamente indecisa», dejando a Verónica Rodríguez y Lidia Argüello suspendidas en un extraño purgatorio partidista. ¿Y qué mejor excusa que el asueto del Día del Trabajo para alargar la agonía? ¡Perfecta ironía! Precisamente cuando deberían estar trabajando en soluciones, prefieren descansar. El Tribunal Electoral ya dictaminó hace casi un mes que repusieran el proceso por irregularidades, pero el PAN interpreta «urgente» como «cuando nos venga en gana». Los 37 comités municipales ya han sido consultados, mientras cuatro se mantienen en rebeldía o quizás olvidados por la geografía política. Entretanto, los militantes expresan su «preocupación» en redes sociales —ese moderno confesionario donde los pecados políticos se expían con hashtags indignados. Este culebrón blanquiazul promete más entregas que una serie de Netflix. ¿Unidad partidista? Por favor, primero tendrían que encontrar la brújula política que extraviaron hace tiempo.
¿Qué onda con Cerritos, ¿neta quiere ser Pueblo Mágico o nomás es puro cuento? Los ciudadanos están que arden y con razón, porque mientras se presumen avances en turismo y cultura, hay cosas que nomás no cuadran. Por un lado, están echándole ganitas con la restauración del kiosco municipal y la antigua estación del ferrocarril, que dicen que será un museo ferroviario bien chido, liderado por el arquitecto Jaime Luna. Pero por otro, la demolición de una casona de 1870 en la calle Abasolo tiene a todos con el ojo cuadrado. ¿Qué no se supone que hay que cuidar el patrimonio histórico para entrarle a eso del Pueblo Mágico? Los vecinos están que no creen el descaro: esa casona, según cuentan, era una joya de la zona, y ahora nomás queda un terrenito pelón, como si nada. Mientras tanto, en la calle Escobedo, otra construcción de edad parecida no solo no la tumbaron, sino que la rehabilitaron, porque según el Consejo de Patrimonio Histórico, hay que conservar la estructura original sin hacerle cambios. ¿Entonces? ¿En qué quedamos? Los que están a cargo de estos proyectos, deberían salir a dar la cara y explicar clarito cuáles son las reglas, porque ahorita parece que es puro “depende de cómo me caigas”. Y no es solo eso, en el centro histórico de Cerritos, están poniendo bien bonito todo, armonizando colores y restaurando fachadas, pero en las orillitas de Cerritos siguen derribando edificaciones históricas como si fueran estorbos. La neta, si de verdad quieren esa denominación de Pueblo Mágico, tienen que ponerse las pilas y ser parejos con las normas. No puede ser que por un lado se la pasen presumiendo la herencia cultural y por otro dejen que se pierdan pedazos de historia así nomás. La gente ya no se la cree, y con razón: o se comprometen a cuidar todo el patrimonio, o mejor que ni le busquen. Cerritos tiene todo para brillar, pero si no hay claridad en cómo manejan estas cosas, se van a quedar nomás con las ganas de ser un destino mágico.
Nos leemos la próxima…
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