- «El Padrino del Sabor» fusiona el tradicional tamal con golosinas industriales
MARCO SERNA.- La innovación culinaria irrumpe en el escenario gastronómico potosino con una propuesta que desafía las tradiciones del tamal mexicano.
«El Padrino del Sabor», conocido también como «El Tornillo», participa en la revolución del mercado local con su creación más controversial: el tamal de Gansito con chocolate blanco. Este emprendedor capitalino, quien alterna su oficio de tamalero con el servicio de renta de equipo de sonido, ha compartido evidencia fotográfica de su creación que combina elementos aparentemente incompatibles: la masa tradicional de maíz, trozos del emblemático pastelito industrial y filetes de chocolate blanco que flanquean esta inusual mezcla.
La difusión de estas imágenes a través de Plurinominal desató una oleada de reacciones en redes sociales, predominando comentarios jocosos y expresiones de asombro ante tal atrevimiento gastronómico. El fenómeno alcanzó tal magnitud que usuarios como Luis Almendáres no dudaron en vincular la propuesta con colectivos dedicados a documentar «Aberraciones culinarias de México y del mundo», elevando así la notoriedad de este fenómeno local a potenciales audiencias internacionales.
Lejos de amedrentarse por las críticas, el innovador tamalero que forma parte de la empresa “Tamales doña Bety”, ha anunciado la ampliación de su catálogo con variedades que incorporan otros productos de confitería popular como Bubulubu y galletas Oreo, sin abandonar la oferta de sabores clásicos que han sostenido por más de 20 años el negocio familiar, como los tamales de lomo con chile rojo, pollo en salsa verde, rajas, queso, picadillo, chicharrón, entre otros, en hoja de maíz, plátano y acelga.
El éxito comercial de esta propuesta culinaria parece indiscutible, pues las ventas se concentran estratégicamente en puntos de alto tránsito peatonal: proximidades de tiendas de conveniencia, principales avenidas y zonas de vida nocturna como las inmediaciones de centros de entretenimiento y recintos feriales, donde los comensales noctámbulos de la capital encuentran en esta fusión un aliado para satisfacer antojos impensables hace apenas unos años.
Esta reinvención del tamal, aunque controvertida, refleja la evolución constante de las expresiones culinarias populares que, sin renunciar a sus raíces, incorporan elementos contemporáneos para atraer a nuevas generaciones de consumidores, consolidando así la versatilidad de uno de los platillos más emblemáticos de la gastronomía mexicana.
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