- Denuncian red criminal que vacía vagones a toda hora en Estación Montaña
BETO GUERRERO.- En la localidad de Estación Montaña, se ha develado una situación alarmante de robos sistemáticos a trenes cargueros. Según informes de trabajadores ferroviarios y testigos locales, estos delitos ocurren con frecuencia alarmante, aprovechando las paradas obligatorias que los convoyes realizan para enganchar vagones con material de la cementera cercana.
Los hurtos, que afectan principalmente a la empresa Kansas City, se centran en mercancías como madera, triplay y plástico negro. Lo más preocupante es la aparente regularidad con la que suceden, sugiriendo una operación bien organizada que podría involucrar a residentes locales o trabajadores de los campamentos cercanos.
Testigos, que prefieren mantener el anonimato por temor a represalias, señalan que los robos ocurren a todas horas, coincidiendo con el paso de trenes hacia Tampico o San Luis Potosí. Más inquietante aún son las acusaciones de posible complicidad entre los ladrones y algunas patrullas encargadas de la seguridad ferroviaria.
La respuesta de las autoridades ha sido cuestionada. La Guardia Civil Estatal, alertada por llamadas anónimas, ha realizado intervenciones que, según los residentes, resultan tardías e inefectivas. Sus acciones han sido criticadas por amedrentar a ciudadanos inocentes mientras aparentemente ignoran áreas clave como los campamentos cercanos donde podría estar escondido el botín.
Esta situación ha generado un clima de temor e inseguridad en Montaña. Los habitantes se muestran reacios a denunciar abiertamente, temiendo represalias de lo que algunos describen como una «mafia» o banda criminal organizada que opera en la zona.
La frecuencia y audacia de estos robos, junto con la aparente incapacidad de las autoridades para detenerlos, plantean serias preocupaciones sobre la seguridad en el transporte ferroviario y la efectividad de las medidas de vigilancia actuales. La situación demanda una investigación profunda y acciones coordinadas entre las autoridades locales, estatales y las empresas ferroviarias para poner fin a esta ola delictiva que afecta no solo a la economía local, sino también a la percepción de seguridad en la región.
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