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Cerriles 1731

Casi en la recta final de las campañas políticas, y entre el clima de apasionamiento que surge por tales fechas, cabe hacer una reflexión sobre si realmente es el pueblo quien decide libremente a sus gobiernos.

Analicemos la palabra democracia desde el significado que es citado por la Real Academia Española:

democracia

1. f. Sistema político en el cual la soberanía reside en el pueblo, que la ejerce directamente o por medio de representantes.

2. f. País cuya forma de gobierno es una democracia.

3. f. Forma de sociedad que reconoce y respeta como valores esenciales la libertad y la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.

4. f. Participación de todos los miembros de un grupo o de una asociación en la toma de decisiones.

Ahora pensemos en las figuras que aparecen en volantes, carteles, redes sociales, fotografías, videos y pasemos a preguntarnos, cuál de tales personajes fue escogido por cada uno de nosotros.

En todo el estado y país, hay ciudadanos que ni siquiera conocíamos a determinadas personas, sino hasta ahora que tratan de convertirse en gobernador o gobernadora, en diputada o diputado, senador o senadora, en presidenta o presidente municipal o miembros de un cabildo.

Puede que ser que ese desconocimiento derive de situaciones como que tal candidata o candidato ni siquiera haya sido de su generación, de su círculo social, o de plano que los “detestables” hayan estado inactivos durante mucho tiempo y solo dan la cara durante las campañas prometiendo a diestra y siniestra como de costumbre.

Como el pez que no se da cuenta de que está en el agua, los ciudadanos no nos preguntamos los procesos internos, o bien no cuestionamos el sistema electoral del que somos parte.

Desde niños nos venden la idea de que nosotros elegimos al gobierno, pero todo indica que no es así.

El sistema valida las candidaturas y a la vez las actividades de los partidos políticos. Entonces, realmente a mi amigo, a ese de “honestidad intachable” yo no puedo proponerlo para un cargo de elección popular así porque sí.

Dicen que eso ha cambiado, que puedo escribir su nombre en un espacio en blanco de la boleta, pero hasta ahora mis intenciones se miran obstaculizadas por decisiones políticas que son tomadas con antelación por las altas esferas o a través de un proceso electoral.

Este 2021, en la mayoría de municipios potosinos se probó que ni los propios partidos políticos tienen libertad para elegir a sus representantes. Se tuvieron qué adaptar a “la orden que vino de arriba” y así se aprecian más ejemplos aberrantes en distintos institutos que ahora forman parte de un desenfreno nunca visto.

Fueron los políticos quienes ya decidieron las candidaturas. Dejaron al pueblo en una jaula, donde a la fuerza decidirá candidaturas que están viciadas de origen, meramente para que “los de arriba”, independientemente del resultado nunca pierdan.

Claro que hay demasiados intereses económicos en juego. La gente se pelea, se maldice, se apasiona y qué bien por los que sí tienen el poder y los medios para imponer a sus favoritos, pero hay gente que ni siquiera ha hecho conciencia del juego del cual son parte.

Pues bien. Terminan la campañas, usted defensor o soñador que vive en un país que presume democracia, conoce el resultado y aplaude al nuevo gobierno o bien se lamenta.

Ahora pregúntese cuántas veces ha decidido a los regidores del cabildo y cuántas veces se ha sentido representado o protegido por éstos.

El mismo cuestionamiento cabe para diputados locales, federales, senadores: ¿usted cuántas veces los ha propuesto?

Ok. Digamos que usted es de los privilegiados que participan en el acomodo de planillas y la suerte le ha favorecido, pero pensemos en el ciudadano común. Ese que vota y su decisión en masa “decide” la elección.

Una vez que llega el nuevo gobierno estatal o municipal, ¿cuántas veces se le ha consultado al pueblo sobre los funcionarios que ocuparán las oficinas de primer nivel?

Pues bien, con estas consideraciones espero que usted que está leyendo esto, tenga una idea más clara para reflexionar si en realidad es el pueblo quien elige libremente a sus gobiernos y tenga claro si realmente vale la pena apasionarse al grado de ver fracturadas familias y amistades.

Nos leemos la próxima…

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