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Cerriles 1880

Es común que penalistas lleven a cabo la defensa correcta del cliente, y que apenas a unos días de que se dicte sentencia, por la desesperación del procesado o de su familia, se lleve a cabo el cambio de abogado.

Entonces, para no adentrarnos en términos jurídicos —que resultarían complejos a la mayoría de lectores—, gracias a la buena defensa implementada por el profesionista que fue cambiado, se consigue que el juzgador emita resolución judicial que ordena la inmediata libertad del cliente, entonces quien se lleva el crédito es el profesionista recién contratado.

Sí. El trabajo lo llevó a cabo el primer abogado, se desveló noches enteras trabajando, estudiando, pero “quien tuvo la suerte” de sacar de la cárcel a quien estuvo preso, fue el contratado ya para resolver.

Algo similar ocurrió con el proyecto de hemodiálisis. Fueron grupos de paisanos o algunos cerritenses, los que iniciaron la intención. Llevaron a cabo trabajos para conseguir recursos. Eventos en Cerritos y en Estados Unidos fueron cosa de cada fin de semana, incluso tuvieron diferencias entre ellos o hay quienes fallecieron sin ver concretado el proyecto, pues a pesar de todo el trabajo no pudieron, sea cual haya sido el motivo, arrancar con la unidad médica que hoy servirá para pacientes de Cerritos y alrededores.

Primero fue Óscar Bautista Villegas, un sujeto repugnante —políticamente hablando—, quien intentó agenciarse del proyecto. Debido al escándalo, los paisanos dijeron que estarían ajenos a toda cuestión política, pero al final fue el gobernador Ricardo Gallardo Cardona, del Partido Verde, quien dio el espaldarazo a la alcaldesa María Leticia Vázquez Hernández, para que finalmente se arrancara con la clínica esta semana.

Es claro que la unidad de hemodiálisis habría de conjuntar los esfuerzos de sociedad y gobierno, pues de entrada se requerían permisos especiales, personal capacitado, un espacio adecuado para la finalidad, tecnología vanguardista y claro, millones de pesos que nunca se juntaron en totalidad.

Sin embargo se desconoce porqué jamás el priísmo de Juan Manuel Carreras López agilizó los esfuerzos para que la clínica se concluyera el sexenio anterior. Hoy resulta llamativo, que a los 7 meses, Gallardo y Leticia Vázquez afinaran detalles para que funcionarios de los tres niveles dieran el banderazo.

Es claro que cada participante aportó su granito de arena, y debe reconocerse todo esfuerzo, pero más allá de la soberbia o altanería, es cierto que la clínica será de gran ayuda para las personas que requieren del servicio y ese siempre ha sido el objetivo primordial.

Respecto al proyecto inicial poco a poco surgieron diferencias, de que lo inició tal persona, que no, que fue esta otra, que no, que fueron aquellos, que ese, que aquél, que yo… total, para estas fechas ya no se miró a los iniciadores en el evento de inauguración.

Sin embargo este proyecto no fuera necesario en una sociedad sana, que consume una dieta balanceada y que además permanece activa físicamente, condiciones indispensables para mantener la salud en todo ser humano.

Y es que, ¿de qué sirve prolongar las molestias de pacientes que sufren insuficiencia renal, si no se ataca el problema de raíz?, que en este caso es cultivar en la población un ritmo de vida saludable. Vale la pena pensarlo con detenimiento.

Nos leemos la próxima…

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