- Un dilema para los enamorados
JOSÉ ÁNGEL MTZ.- El 2024 será un año peculiar para los católicos y los enamorados, pues el 14 de febrero coincidirán dos celebraciones muy diferentes: el Día de San Valentín y el Miércoles de Ceniza. Esto plantea un dilema para los que quieren celebrar el amor y la amistad, pero también cumplir con el ayuno y la abstinencia que marca el inicio de la Cuaresma.
El Miércoles de Ceniza es un día de penitencia, oración y confesión, en el que los fieles reciben una cruz de ceniza en la frente, como signo de conversión y mortalidad. Además, se abstienen de comer carne y hacen una sola comida fuerte al día. El Día de San Valentín, en cambio, es un día de alegría, regalos y romanticismo, en el que se celebra el amor y la amistad con cenas, chocolates y flores.
¿Cómo conciliar estas dos tradiciones tan opuestas? Algunos han optado por el humor y han hecho chistes sobre la situación, como el que dice: “Este 14 de febrero no se come carne, pero se puede dar amor”. Otros han sugerido adelantar o posponer la celebración de San Valentín, para evitar conflictos con la fe. Y otros más han propuesto hacer un acto de amor al prójimo, donando a alguna causa social o ayudando a alguien necesitado.
Lo cierto es que cada quien podrá decidir cómo vivir este día tan especial, siempre respetando sus creencias y las de los demás. Lo importante es recordar que el amor se puede expresar de muchas formas, y que no se necesita un día específico para demostrarlo.
Los comentarios están cerrados.