- La historia de los braceros de Cerritos
SAGRARIO SERNA.- El libro es el resultado de una tesis que Montoya desarrolló hace más de 20 años, pero que no había sido aprovechada hasta ahora, gracias al apoyo de la presidenta municipal Ma. Leticia Vázquez Hernández. Durante la presentación, Montoya habló sobre el espacio transnacional en el que viven los cerritenses y cómo, desde 1917, durante la Primera Guerra Mundial, hasta 1964, la mano de obra mexicana en el campo estadounidense fue esencial. Esto llevó a muchas personas de Cerritos a participar en el programa bracero que existió entre México y Estados Unidos, marcando el inicio de una era en la que el dólar comenzó a circular en esta tierra.
Montoya narró que cuando llegó a Cerritos no había una memoria escrita sobre el tema, por lo que tuvo que entrevistar a las personas locales que habían vivido y trabajado en Estados Unidos y luego regresaron. Descubrió que estas personas contaban con una memoria extraordinaria. También mencionó al padre Murrieta, quien proporcionaba la información necesaria a los interesados en convertirse en braceros, y al señor Epifanio Castillo, originario de Cerritos y Jefe de Operaciones de los Braceros en Monterrey. Castillo daba preferencia a todos los vehículos que llegaban a sus oficinas, presentándose como originarios de Cerritos, asegurando prácticamente su documentación para cruzar la frontera.
Montoya subrayó que este fue el inicio de una historia de más de 100 años en la que el pueblo cerritense ha caminado hacia el norte, y donde el dólar convive con las tradiciones y formas de vida locales. En Cerritos, aún es común escuchar frases en inglés o “spanglish”, y los carteros, que llevan y traen cosas, son figuras populares. Además, muchas personas hablan fluidamente tanto el español como el inglés debido a su experiencia viviendo en ambos países. Para los cerritenses, la frontera no existe realmente, ya que, como Montoya concluye, al final todos somos migrantes.
Los comentarios están cerrados.