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Cerriles 1838

Ya no son esas reuniones adonde uno acudía, disfrutaba de cerveza y vino, y podía retirarse a cualquier hora, incluso caminando de regreso a la tranquilidad de su hogar.

La situación a veces era aburrida. Pocas veces pasaba algo que llamara la atención, y cuando sucedía, el modo de enterarse era con pláticas, o la gente debía esperarse a la llegada de los diarios para conocer las versiones, que generalmente solo eran dadas por el gobierno o directivos policiacos. Ahora gracias a la era del internet, se sabe difunden videos, imágenes o comentarios de quienes están presentes en determinado lugar, fecha y hora, pero también abundan los rumores que se alejan mucho de la verdad.

Pero volviendo a la forma de convivencia, hace años los más atrevidos eran quienes se aventuraban a la formación de un cigarrillo con contenido que “olía chistoso”. Luego vino el “polvo de color blanco”, y así han surgido diseños en laboratorios que ya están aquí y que han doblegado a las nuevas generaciones.

Platicando con “alcohólicos puros”, reconocen que a los grupos de autoayuda que existen en la localidad, cada vez llegan personas más jóvenes que han sido presas de la “piedra”, “cristal”, o drogas inyectadas que distan mucho de los efectos que solo causan en cuerpo y mente sustancias como el alcohol y el cigarrillo.

Es decir, cada vez son más las personas jóvenes que padecen daños psicológicos o psiquiátricos derivados de adicciones. Entonces el número de enfermos abunda en la sociedad, lo que contribuye a un deterioro cada vez más amplio de sus miembros.

Cerritos ni siquiera cuenta con un centro de tratamiento para las adicciones de esos que llegaron a instalarse ofreciendo internamiento para los pacientes.

Se supo de maltratos que acabaron por hundir los proyectos que al parecer fueron emprendidos por personas ajenas a este lugar.

Los grupos de Alcohólicos Anónimos comenzaron el siglo pasado, en una era donde se luchaba solo contra esas sustancia. Ahora es en los anexos a donde llegan otro tipo de mentes atrofiadas por las nuevas adicciones, y el gobierno no tiene lugares con cabida para tanta gente.

La lucha contra las drogas no es tarea exclusiva de un ayuntamiento. La sociedad está enferma por situaciones de raíz que deben ser entendidas para lograr soluciones.

Al paso del tiempo hemos visto las advertencias que se colocan en productos como refrescos, botanas o cigarrillos. Las imágenes advierten sobre el peligro del consumo excesivo.

En las cajas de cigarros se colocan imágenes de enfermos en situación de desahucio. Los productos también incrementaron a un precio elevado, y contrario a pensar que la venta disminuye, parece que va en aumento o que en nada les afecta a las empresas.

Si analizamos este comportamiento del consumidor, desde una perspectiva personal podemos decir que la gente es adicta al refresco, a los cigarros y a la comida chatarra, y es esa adicción la que nubla la conciencia. Les disminuye la fuerza de voluntad al grado que prefieren morir enfermos, que dejar de lado el poducto.

Entonces, si lo vemos desde el punto de vista de drogas que han sido diseñadas exclusivamente para volver adicto a quien las consume desde la primera vez, podemos entender que ni viendo el panorama impactante que ahora enfrentamos, podrán dejar de lado sus vicios, y que preferirán morir que adoptar una nueva forma de vida.

Dicen que son muy pocos los que logran imponerse a costumbres arraigadas. Quienes lo consiguen, tal vez no gocen de una vida con lujos o incluso ya no puedan recuperar lo perdido. Pero también dicen que esas personas alcanzan un nivel de tranquilidad que las drogas, el poder, el dinero y el alcohol no le dan a ninguno.

Nos leemos la próxima…

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