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Las Redes Sociales y la libertad de expresar lo que quieras

  • La promoción, tanto buena como mala no tiene costo

EDITORIAL.- En pleno apogeo, las Redes Sociales son uno de los mejores métodos para la promoción de cosas, servicios, lugares y personas.

A través de una buena campaña publicitaria se puede llegar a cualquier gente desde cualquier parte del mundo.

Para acceder a las herramientas tan solo basta un correo electrónico, un simple registro y contar con cierta edad.

De este modo millones creen que no requieren de personas especializadas en la comunicación, pues tienen a su alcance plataformas que permiten la difusión de texto, imágenes y videos, y así muchos venden artículos, ofrecen productos y servicios, buscan objetos, animales o personas extraviadas, entre muchas otras cosas.

Pero ¿qué pasa cuándo cualquiera escribe líneas para denunciar actos o hechos que considera perjudiciales?

No porque alguien haga un señalamiento debe considerarse verdad. En ocasiones el punto de vista particular puede ser parte de un resentimiento marcado hacia negocio o persona, y aunque todos tienen derecho a la libre expresión, esto no significa que tengan la razón.

Pongamos de ejemplo a un doctor. Pudiera ser que el profesional de la salud haya diagnosticado a un paciente dentro del grupo de desahuciados, sin embargo, a pesar del análisis clínico, la persona o sus familiares pudieron sentirse engañados o hasta estafados, sin tomar en cuenta que el mal ya no tenía remedio.

Aún así, recurren a las redes sociales y exponen el caso a su manera, dejando en mal al doctor. Aunque las cosas hayan sido de una forma u otra, el antecedente queda en la red, a la vista de todos y si el usuario denunciante pierde su cuenta, el comentario ya no puede borrarse, pues solo él tiene en sus manos el poder para eliminar contenido —a menos que la publicación sea violatoria de las reglas que cada red social exige—.

Así vemos personas despotricando contra la autoridad, contra políticos o funcionarios, o incluso mujeres y hombres envueltos en escándalos o discusiones que exhiben en redes, de ahí la necesidad de ser cada vez más responsables con el uso de éstas herramientas.

Además abundan los espacios generadores de psicosis. Hablan de la presencia de hombres armados, encapuchados, critican desde el anonimato, señalan cómo deberían de ser las cosas sin tomar en cuenta el contexto social, histórico y político del país.

Pues bien, resulta que una mujer, ahogada en coraje acusó a negocio de venderle una hamburguesa sin la calidad que el cliente merece, lo que fue calificado por algunos como “una exageración.

“Nosotros como comerciantes cometemos errores, y antes que nada debemos repararlos, pero si de inmediato nos denuncian de forma pública corremos el riesgo de que todo lo que hemos construido se nos venga abajo”, dijo una persona a Plurinominal con relación a este caso.

“Sí, a veces que quieren la carne más cocida, que le faltó sal, que está frío un platillo, y se les cambia, pero imagínate que por estas cosas la gente siempre esté subiendo sus quejas, es una exageración”, agregó la persona.

La mujer que compró sus dos hamburguesas, señaló en queja del pasado 9 de abril la ubicación exacta del negocio, y calificó como asquerosa la atención telefónica, así como el tiempo de entrega.

“Se tardaron una hora en llegar, y cuando las recibo me doy cuenta de que el pan está todo quemado, solo trae una rueda de tomate, una hoja de lechuga, un mísero pedazo de jamón y una tira de 3 centímetros de cebolla, neta no se pasen, y por eso pagué casi 200 pesos, neta que no se vale”.

Sin duda que un comentario como este pudo evitarse si la mujer primero hubiese reclamado para obtener un cambio, y lógico que el negocio tendría la obligación de disculparse y reponer el producto. Por el contrario, se recurre a las redes y se causa una mala imagen al comercio que sin duda le acarreará consecuencias negativas entre la clientela.

Por su parte la empresa emitió un comunicado pidiendo una disculpa, y agradeciendo las quejas y comprensión de sus clientes.

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